
Es el año del vidrio, pero es la década de la acción
Publicado el 4 abril, 2022 por SIGREEl pasado mes de febrero, en el seno de la icónica sala de los Derechos Humanos y la Alianza de las Civilizaciones pintada por Miquel Barceló (Ginebra), se produjo el pistoletazo de salida del Año Internacional del Vidrio con la participación de Antonio Guterres, secretario general de las Naciones Unidas.
Comenzamos así 2022, un año que desgraciadamente llega tras demasiado sufrimiento de muchas familias, del conjunto de nuestra sociedad y de la economía. Un año que, según avanza, sigue planteando retos mundiales de tremendo impacto en nuestra forma de ver y entender el mundo. En medio de esta vorágine de acontecimientos de alcance global, el medioambiente ocupa cada vez más espacio en las agendas políticas y legislativas, los planes del sector privado y las preocupaciones de la opinión pública. No es casualidad. Nos hemos dado cuenta – quizá demasiado tarde, pero sin embargo creo que aun a tiempo – de que no pasar a la acción supone una amenaza cada vez más tangible para que nuestra especie prospere con seguridad y justicia.
La salud, la seguridad alimentaria, el acceso a la energía o el suministro de recursos y materias primas son todos aspectos estratégicos íntimamente dependientes de nuestras políticas de relación con el medioambiente y con el desarrollo sostenible. Estamos en la llamada “década de la acción”, no hay excusas para mirar a otro lado porque nos va la supervivencia – también la económica – en ello.
Que la ONU haya decidido dedicar este año como homenaje a un material como el vidrio es ilustrativo. Es una declaración de su relevancia presente y de sus cualidades para configurar el futuro. El vidrio ha superado la prueba del tiempo y ha acompañado a la humanidad en su desarrollo y transformación. Pensemos en su contribución a la arquitectura, la automoción, la capacidad las placas solares para impulsar la transición energética, la fibra óptica en la sociedad de la información o, más recientemente, en el papel que ha jugado como envase de los viales de las vacunas.
Bajando a la vida cotidiana de nuestros hogares y de nuestros bares y restaurantes, me detengo en los envases de vidrio: fabricados a partir de vidrio reciclado, reutilizables, inertes química y físicamente y, por supuesto, 100% reciclables infinitas veces. El reciclaje de envases de vidrio no es la llave que abre todas las puertas en esta década de la acción, pero es imprescindible en la transición de la economía a un modelo más circular y descarbonizado. Eso también lo sabe la ONU.
En 2021, se recogieron separadamente en nuestro país – a través de los contenedores verdes- 884.097 toneladas de residuos de envases de vidrio, un 5% más que el año anterior. Estamos ya en niveles de generación de residuos y de recogida selectiva prácticamente equiparables a la prepandemia. Y aquí la buena noticia no es solo lo que hemos conseguido recoger es que, dadas las características del material vidrio, todas estas toneladas de material recuperado – a excepción de algunas mermas residuales del proceso industrial – se han reincorporado al ciclo productivo para producir nuevos envases. Según datos del Ministerio en España se reciclan casi 8 de cada 10 envases de vidrio de un solo uso que se ponen en el mercado.
Debemos estar orgullosos de lo logrado, pero no caer en la autocomplacencia. Es posible, y es necesario, pisar el acelerador. Así nos lo exige Europa y así debemos exigírnoslo como sociedad. Ecovidrio cuenta con los planes necesarios, muy apoyados en la digitalización y la sostenibilidad de las operaciones de recogida selectiva, para superar muy holgadamente los objetivos que marca la legislación europea y española. No se trata de aprobar sino de sacar la mejor nota. Sin embargo, es un camino que no es posible recorrer solos. Este es un proyecto colectivo, un proyecto de país. Tenemos el viento a favor y nos jugamos mucho.
José Manuel Núñez-Lagos
Director General de Ecovidrio